Los cambios anatómicos y fisiológicos durante el embarazo tienen el potencial de afectar el sistema músculo-esquelético en reposo y durante el ejercicio. El más obvio de ellos es el aumento de peso, que puede aumentar significativamente las fuerzas a través de las articulaciones tales como las caderas y las rodillas tanto como el 100% durante el ejercicio como correr. Tales fuerzas pueden causar molestias en las articulaciones normales y aumentar el daño a las articulaciones artríticas o previamente inestables.
“A pesar de la falta de pruebas claras de que las lesiones musculoesqueléticas se incrementan durante el embarazo, sin embargo, estas posibilidades deben ser consideradas cuando se prescribe ejercicio en el embarazo.”
Fuente: R Artal M O’Toole
La Saint Louis University, St. Louis, MO, EE.UU.