Por mis antecedentes deportivos (me financié la carrera de medicina dando clases de karate) opté por un tipo de ejercicio orientado a la salud y enfocado a detener e incluso revertir el deterioro físico progresivo que tenemos todos a partir de una cierta edad.
El tipo de ejercicio al que me refiero es el de alta intensidad, este tipo de actividad se aplicó a pacientes de noventa años y se observó que en tan solo ocho semanas mejoraron la fuerza en 174%, la masa muscular un 9% y la deambulación en un 48%.
Todo ello me llevó (según mi teoría) a que el tejido muscular está lejos de tener fecha de caducidad, por lo que no dudé en utilizar la actividad física como herramienta terapéutica.
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