Actualmente no puede explicarse ese calambre, localizado, sostenido y doloroso, que ocasionalmente puede llevar a un músculo a una energía contracción involuntaria, por ejemplo después de un ejercicio monótono prolongado o incluso durante el sueño. Un estiramiento del músculo habitualmente alivia el calambre.
Fuente: Astrand – Rodahl Fisiología del ejercicio 3ª ed