El ejercicio físico puede ser beneficioso para la salud y puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, lo que a su vez podría aumentar la longevidad. Sin embargo, no existe una garantía de que el ejercicio físico por sí solo permita a alguien «morir tarde lo más joven posible».
La longevidad es influenciada por muchos factores, incluyendo la genética, el estilo de vida, la nutrición, el acceso a cuidados médicos, el entorno y otros factores. Aunque el ejercicio físico puede ser un factor importante en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, no es la única cosa que puede influir en la longevidad.
Es importante tener en cuenta que el objetivo del ejercicio físico no es necesariamente vivir más tiempo, sino vivir mejor, con una mejor calidad de vida. El ejercicio puede ayudar a mejorar la salud física, mental y emocional, lo que puede permitir a las personas mayores disfrutar de una vida más activa y satisfactoria.