En los últimos años se ha extendido la aceptación del ejercicio físico como forma de tratamiento de la insuficiencia cardiaca (incapacidad del corazón de bombear sangre de forma adecuada). Ya han quedado olvidadas aquellas épocas donde se aconsejaba reposo prolongado en cama como medida terapéutica. Actualmente se ha comprobado en distintos estudios que el entrenamiento físico puede lograr mejorías sintomáticas y por ende de la calidad de vida.Parece ser que el entrenamiento por medio de ejercicio físico del paciente con insuficiencia cardiaca en el momento actual merecedor de una muy especial consideración como medida terapéutica beneficiosa. En definitiva debe decirse que se acepta que el ejercicio es beneficioso y seguro en pacientes con insuficiencia cardiaca. Sin embargo se debe ser precavido cuando el ejercicio se hace en el hogar, sin vigilancia especializada, pero que se hace necesario investigar sus efectos en pacientes con cuadros severos de insuficiencia cardiaca
Fuente: Cardiac rehabilitation: Jacqueline Dinnes, Jos Kleijnen, Maria Leitner, David Thompson