El entrenamiento de la fuerza es el único tipo de ejercicio que se ha demostrado para detener o revertir la sarcopenia, aumentando de manera fiable la masa muscular y la fuerza. La investigación durante las últimas décadas ha confirmado varios beneficios adicionales del entrenamiento de fuerza, incluyendo el aumento de la densidad mineral ósea, el rendimiento de resistencia, la normalización de la presión arterial en pacientes prehipertensivos, reducción de la resistencia a la insulina, disminución de la grasa total e intraabdominal, aumento de la tasa metabólica en reposo, reducción el dolor y mejora del funcionamiento en pacientes con osteoartritis.
Fuente: Ronald J. Zacker, PA-S, RD, CDE, CPT